Yoga y el sistema digestivo

El cuerpo humano,  igual que cualquier organismo vivo, se nutre del alimento que ingiere. En la filosofía del Yoga, este alimento puede ser en forma de comida y también en una forma mas sutil que llamamos prana o energía vital.
Esta energía vital está presente no solo en los elementos materiales (la comida , el oxígeno, el agua), también está presente de forma mas sutil en las emociones y sensaciones que percibimos.

Nuestro sistema digestivo se ocupa de descomponer la comida en componentes básicos que pueden ser absorbidos en la sangre y transportados hacia todo el cuerpo nutriendo los tejidos y aportando energía.

El tracto digestivo es un tubo largo donde los alimentos son primero descompuestos, luego asimilados y finalmente se elimina aquello que el organismo no necesita. Es un proceso largo que sucede cada vez que comemos.

Una buena digestión, asimilación y eliminación de los alimentos es clave para la salud y depende de múltiples factores físicos, emocionales, de la calidad y cantidad de comida que ingerimos. Si comemos deprisa, mirando el móvil de pie, rodeados de ruido y actividad, nuestro organismo no estará en la predisposición de calma y equilibrio necesarios para hacer una buena digestión. Igualmente, si continuamente ingerimos alimentos procesados, o no cocinados de la manera adecuada, el proceso digestivo se verá afectado.

Así que una buena salud del sistema digestivo depende de muchos factores predecibles e impredecibles. El Yoga te propone trabajar en aquello que es posible, aquel lugar en el que puedes intervenir de forma consciente es tu campo de acción a la hora de tomar medidas que te lleven a un resultado satisfactorio y del que puedas aprender.

Las herramientas del yoga (asana, kriya, pranayama, meditación) son muy efectivas para mantener un cuerpo sano. Las posturas combinadas con un buen uso de la respiración inciden en el sistema musculoesquelético pero también en la actividad mas interna del cuerpo. A través de movimientos coordinados de forma muy precisa con la respiración y la contracción de diversos plexos nerviosos (bandhas) activamos la movilidad del sistema digestivo ayudando a un mejor movimiento peristáltico (el movimiento que el intestino hace para descomponer el alimento).

Existen multitud de técnicas para distintas dolencias del sistema digestivo como estreñimiento, diarrea, retención, indigestión. Donde el yoga ha probado ser extremadamente efectivo. Sin entrar en detalles (son muchos) me atrevo a afirmar que una práctica de yoga donde se combinan respiración, movimiento, bandhas y una concentración plena en lo que se está haciendo, mejoran el funcionamiento general del sistema digestivo y a la larga a la salud en general.

Ya lo dice el Ayurveda, una buena digestión es el motor de una buena salud.

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