Aunque el fin último de la filosofía del Yoga es la liberación, es bien conocido que las herramientas que presenta son excelentes para la salud física y mental. Sin ninguna intención de sustituir a la medicina o cualquier sistema de sanación, el Yoga ofrece una posibilidad única de autoconocimiento a todos los niveles lo que es el mejor punto de partida tanto para iniciar un proceso de sanación como para mantener la salud. Por Blanca San Román
Nuestro cuerpo está compuesto de unos 37 trillones de células, cada una de ellas sabe exactamente que tiene que hacer para mantenernos vivos y saludables. Mientras lees este artículo tu cuerpo ha producido mas de diez millones de células sanguíneas que están circulando ahora por tu cuerpo transportando oxígeno y nutrientes a los distintos tejidos.
La cantidad de trabajo que requiere mantener un organismo vivo, es algo de lo que merece la pena ser consciente. No tenemos que tomar decisiones para cada célula, pero la complejidad de su funcionamiento y nuestro desconocimiento, hacen que nos sintamos desvalidos y asustados cuando algo falla.
El sistema médico actual no ayuda precisamente a un buen entendimiento de la estructura interna. Generalmente los médicos dan poca o ninguna información sobre la dolencia y recetan un medicamento para tratar los síntomas mas evidentes.
El yoga , influenciado por el pensamiento vedanta, considera que cada célula tiene una consciencia propia, un Jiva, esto permite que podamos conectar con el funcionamiento de nuestro cuerpo a través de la observación y la escucha consciente. Eso que la cultura moderna ha llamado propioceptividad, el Yoga lleva siglos aplicándolo. A través del movimiento y la respiración recibimos la información necesaria para saber si todo está funcionando adecuadamente, esta información se convierte en conocimiento a través de una escucha consciente y un propósito determinado.
La conexión que se establece a través de esta observación va mas allá del cuerpo físico y nos empodera ante la ansiedad que produce el desconocimiento de una enfermedad. Observando conscientemente podemos ver lo que nos hace bien o no en función de nuestra propia naturaleza y así tomar las decisiones mas adecuadas para nosotros en relación a los seis factores fundamentales que influyen en nuestra salud: alimentación, entorno, estilo de vida, ejercicio, técnicas de respiración, y actitud mental.
Todos y cada uno de estos elementos son fundamentales para determinar nuestra salud y bienestar.
